Siempre que te encuentres en situación de atender la solicitud de un préstamo por parte de una persona conocida tenderás a verte en situación comprometida. Entre tantos dichos acerca del tema, reza uno de los más difundidos que prestar dinero a un amigo lejos de ayudar más bien perjudica: se pierde al amigo y también al dinero. Tantos años de tradición mercantil no pasaron en vano, pero la posibilidad de solicitar y otorgar préstamos sigue siendo inherente a la vida moderna y no hay manera de que esto deje de suceder.
Cuando la ocasión del préstamo se presenta entre personas conocidas hay solo dos opciones: confiar o solicitar garantías de tipo doméstico, como dejar una prenda en garantía. Puestos en la disyuntiva, resulta desaconsejable entregar capital a una individuo en el que no se confía, pero, ¿qué puede hacer un ente cuyo fin es, justamente, otorgar crédito a terceras personas?
En esas circunstancias, ha sido siempre necesario, el cumplimiento de una serie de requisitos cuya finalidad es verificar la capacidad del solicitante para honrar el compromiso de pago en las condiciones acordadas. Nada, sin embargo, pueden garantizar estos requisitos acerca de la disposición de cumplir con ese compromiso por parte del prestatario.
Es la razón que ha fomentado en muchos países la creación de entes como los llamados “burós de crédito”, que son instancias dedicadas a la recopilación del historial crediticio de las personas, es decir, sus hábitos de endeudamiento y procedimientos de pago durante su relación con acreedores formales, como bancos, prestamistas hipotecarios, emisores de tarjetas de crédito, etc.
Esta base de datos constituye una herramienta valiosa para diagnosticar el nivel de un prestatario a la hora de solicitar nuevos créditos. Si su comportamiento ha sido errático o satisfactorio el buró de crédito lo calificará a través de un sistema de puntuación: alta, si ha cubierto adecuadamente con sus pagos; baja, si los ha incumplido o realizado con retrasos. Este puntaje ofrece a los emisores de crédito información que les ayuda a determinar la aprobación de crédito y las tasas de interés según el nivel de solicitante. Una persona con un puntaje de crédito más alto probablemente tendrá una tasa de interés más baja y viceversa.
La participación de los burós de crédito en los procesos crediticios no es vinculante en el sentido de que no suponen toma de partido a favor o en contra de la solicitud, aunque su información tiende a ser considerada de manera sistemática por los sistemas crediticios. Del mismo modo, no se trata de una información clasificada y se encuentra a disposición de los propios solicitantes, que tienen derecho a verificar que sus datos sean correctos, de modo que no puedan perjudicarlos eventualmente.
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